miércoles, 2 de septiembre de 2015

Visión en juego

Alguna vez en su vida se han preguntado, ¿la cebra es blanca con  rayas negras o vice versa? Esta pregunta plantea un juego óptico muy curioso. Igual sucede cuando nos disponemos a observar las nubes en el cielo. Es posible identificar todo o nada. Podríamos estar horas mirándolas y decir que vemos dinosaurios, rostros, etc. En realidad es poco probable coincidir con los demás respecto a que si la nube parece un oso o un león. Con este ejemplo vemos que la naturaleza puede resultar en una trampa óptica o simplemente muestra nuestra vulnerable visión. En fin, uno se divierte diciendo si es o no un tigre la nube y en otros casos llega la frustración.  Espero que este no sea el caso porque el arte viene con todo para jugar con nuestro sentido de la vista.

El Op-art u “optical art” surge en 1960 y se creó con la intención de que el ojo cree un ilusionismo con la obra. Se valió de la ambigüedad que implica el campo de la percepción  y lo utiliza como motor para crear obras que desafíen nuestra visión. Lo importante era el impacto visual que causara la obra en el espectador, de ahí que requiera de un observador activo que se mueva y desplace para capturar el efecto óptico. Este arte parte de la premisa de que el observador se enfrenta a una obra que se mueve por lo cual debe buscar el principio y el final de la misma. 

Para lograr esos efectos visuales empleó figuras geométricas como el rectángulo, el cuadrado, el triángulo y el círculo. Como refuerzo utilizó líneas rectas, contrastes de colores, cambios en formas y tamaños y repetición y combinación de formas en la obra. Su desarrollo fue paralelo al arte minimal. Se trata de un arte efímero, de un arte que es moda. Por consiguiente es de esperarse que  su popularidad perdure hasta el 1965 a pesar de su extensión alrededor del mundo. 

Entre los artistas que trabajaron el arte óptico se encuentra Víctor Vasarely, quien en su obra Relat-if muestra lo que es este arte. Jesús Rafael Soto con Los penetrables hace lo mismo pero valiéndose del “plexiglás” para lograr unos filamentos plásticos que juegan con nuestra percepción. Por último, Carlos Cruz Diez en sus Cromo saturación une rayas de colores para crear efectos ópticos. 

Relat-if

Los penetrables 

Cromosaturación

Sin lugar a dudas un arte que retó y reta la óptica humana haciendo que nos preguntemos sobre lo que vemos ante la ambigüedad que arraiga en su esencia. 

Arte Espacio los espera la próxima semana con una nueva historia que contar, no se la pierdan. Recuerden visitar su blog favorito, Arte Espacio, en las redes sociales y compartir las publicaciones. ¡Hasta la próxima!
  

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