miércoles, 9 de septiembre de 2015

¡Caíste!

Es posible que en algún momento hayamos visto un programa de bromas.  En este tipo de programas hacen varias bromas a personas y esperan ver sus reacciones. Evidentemente logran una reacción inmediata de la persona implicada y resulta muy gracioso puesto que el objetivo es hacer reír a los televidentes. Un ejemplo de ello lo son las bromas de “muertos” que son velados por sus familiares y se levantan del féretro. Como es de esperarse se desata un caos de personas corriendo del susto ante dicho evento. Sí que es gracioso al punto de morir de la risa. Algo similar ocurre en el mundo del arte, pero el objetivo no es necesariamente hacer reír sino provocar al público presente.  

Para la década de 1950 surge un movimiento artístico conocido como “happening” cuyo significado directo es acontecimiento, suceso u ocurrencia. Si bien es un evento que se realiza para provocar una reacción en el espectador. Por tanto, su duración es totalmente variable. Aquí el artista es el organizador del evento que espera dicha reacción. De modo que no es algo que el artista hace propiamente como una pintura. Este evento involucra tanto al artista como al espectador, por consiguiente se le considera una acción que puede ocurrir en cualquier espacio. Con este movimiento se marca el paso de un arte que valora la técnica a un arte acción. 

Sus orígenes se remontan a un concierto promovido por John Cage en Black Mountain College en 1952 quién define el concierto como un acontecimiento. También tiene antecedentes en el DADA de Suiza de 1916, en Japón, Alemania y en el arte corporal europeo. Su característica principal es que es totalmente efímero, sucede en un tiempo y espacio y es poco probable que se repita. Tres palabras resumen muy bien este movimiento artístico: provocar (artista), participar (espectador) e improvisar. En fin, su intención es lograr la participación espontánea del público e irrumpir en la cotidianeidad de la vida. 

Algunos de sus exponentes lo son: Allan Kaprow, German Nitsch y Spencer Tunick. Allan Kaprow en Yard de 1961 presenta un suma enorme de neumáticos en el suelo sobre los cuales pasan personas. En Carro con mermelada escoge un vehículo y le unta mermelada para que las personas laman la misma. German Nitsch en Teatro, origen y misterio muestra una escena ritual que remonta al pasado. Spencer Tunick realiza una instalación Multitudes desnudas que están pintadas todas. Algunas de estas obras pueden resultar un poco impactantes por lo que presentan pero que ello no nos desvíe de su intención.  Recordemos que se trata de un evento, de un acto efímero que toma lugar en un espacio para recibir la reacción del público presente. 

Yard

Carro con mermelada

Teatro, origen y misterio

Multitudes desnudas

Nuevamente el arte nos sorprende y va desarrollando matices a lo largo de su trayectoria que lo enriquece y complejiza. Arte Espacio los espera la semana próxima con otra impactante historia que no se pueden perder. 

Recuerden visitar  a Arte Espacio en las redes sociales y compartir la información. ¡Hasta la próxima! Chao.

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