El arte siempre está a la vanguardia.
Trabaja una inmensa cantidad de temas con la intención, en algunos casos, de
llevar un mensaje. Otros invitan a la contemplación del objeto de arte. Otras
suponen una revolución tanto por su tema como por su técnica, material, estilo,
etc. Lo cierto es que dentro de esta
gama hay unas que impactan y se convierten en un modelo a seguir. Tal es el
caso de la obra Alegoría del Buen y del Mal gobierno de Ambrogio Lorenzetti.
En el Palacio de la ciudad de Siena
en la Sala de los Nueve se halla un mural civil trabajado con la técnica del
fresco. Ella refiere cuando en la superficie se coloca una capa de cal sobre la cual se emplean pigmentos
diluidos con agua de cal que se adhieren. Se trata de pintar sobre mojado, lo
que supone que se debe hacer con más rapidez y precisión antes de que se
seque. Más allá de la técnica es importante el tema que se trabaja. Lorenzetti apuesta
a uno civil donde se enfrentan el buen y el mal gobierno. La pieza fue un
encargo al artista para que fungiera como un tipo de conciencia sobre la buena
y mala gestión.
A la izquierda de la obra el artista
ubica el buen gobierno acompañado de varias figuras importantes: la justicia
junto con la concordia que traen paz, y la prudencia que refleja el buen
juicio. Con ello se pretende reforzar el ideal de que la seguridad y la armonía
traen consigo la buena economía en la ciudad y en el campo y, por tanto la
felicidad de las personas. Del otro lado se ubica el mal gobierno con dos
fieles acompañantes: la avaricia y la arrogancia, representando la ética moral.
En la escena aparece un ser desagradable a la vista, feo, que traduce la maldad
totalmente opuesta a la bondad. Aquí la gente desaparece al igual que la
prosperidad, la felicidad y la justicia. Todo ello se debe a una mala gestión. Por
lo tanto, la intención es llevar un mensaje político y civil. Así el buen
gobierno es posible si los todos trabajan a favor del bienestar por medio de
una buena gestión.
Para enriquecer la pieza, el artista
emplea arquitectura de fondo, distintas escenas, la línea entre otros logrando una realidad en la misma. No es una obra que refleje a alguien en
particular sino que la misma es aplicable a todos los gobernantes. Aquí se
propone o se hace visible la capacidad humana de lograr el bien por medio de la
acción del pueblo, prescindiendo de la religión. La obra es en sí misma la
conciencia de quién gobierna y aboga por el buen gobierno.
Arte Espacio los espera la semana
próxima con otra historia y espera que disfruten esta. Recuerden visitar el
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la próxima. Chao.
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