Como seres
humanos que somos a diario nos relacionamos con otros ya que es parte de la
vida. Si bien vivir en sociedad supone una interacción y relación con otro aunque
sea en el grado más mínimo posible. De ahí que asistamos a reuniones sociales,
por voluntad o por fuerza, que van desde simples fiestas familiares hasta
eventos sociales como graduaciones, cumpleaños, entierros, juegos, etc. El sistema
del que somos parte hace necesaria la interacción porque hasta para comprar pan
o leche, de una u otra forma, interactuamos con quién nos atiende.
Transportándonos al mundo del arte, la estética relacional nos conversa sobre
ello.
Para 1990
Nicolas Bourriaud da a conocer un libro cuyo título es Estética Relacional y
que va a tener una fuerte influencia en el mundo artístico hasta decir basta. El
concepto en sí designa la importancia de las relaciones entre y con los sujetos
hacia quién se dirige la obra. Se trata de una dinámica artística que subraya
las relaciones humanas y el contexto social en el que se desarrollan. De esta
forma, se plantea al arte como medio para relacionarse, que son las obras
quienes proveen el espacio y tiempo para las relaciones entre personas y la
oportunidad de alejarse de la sociedad de masas con su ideología. También, plasma
que el arte depende de la participación del observador para existir. Por consiguiente,
este movimiento resalta la importancia del encuentro afianzado por un
intercambio ilimitado entre sujetos.
Las obras que
componen este movimiento van de instalaciones a performances donde se plantea
la propuesta artística, se da el espacio para relacionarse y se invita a la
reflexión. Entre los artistas que trabajan este estilo se encuentra Thomas Hirschhorne
quien a través de sus obras promueve la estética del encuentro y expone sus
proyectos políticos y sociales. Gramsci
Monument 2013, Crystal of
Resistance 2011 y Concordia 2012 son muestra de su trabajo orientado a
la denuncia política y social de la actualidad. En otra obra presenta una
multiplicidad de objetos desechables conglomerados en una montaña a manera de
invitar a una reflexión sobre la sociedad de consumo.
Otra artista que
muestra esta concepción de lo relacional es Vanessa Beecroft que se dedica a
trabajar con obras vivientes, que en su mayoría son mujeres desnudas, y presenta su
reflexión sobre la mujer en el mundo contemporáneo tal como lo hace en VB01.
La estética
relacional es un movimiento artístico cuyo énfasis reside en la experiencia del
encuentro del observador con la obra y con otros espectadores que revoluciona
nuevamente la historia del arte con sus planteamientos y acercamientos que
resaltan la tendencia del arte a hacerse parte de la vida del ser humano.
Arte Espacio los
espera el viernes próximo con otra historia por contar, no se la pierdan. Recuerden
visitarlo en las redes sociales y compartir la información. ¡Gracias! ¡Hasta la
próxima!
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