Arte Espacio: Receta para la renovación

Actualmente nuestro planeta es un lugar donde tantas cosas importan y a la vez no importan. Vivimos en un tiempo donde las ideas son muy bien recibidas y más si son de utilidad en la vida. El secreto de la juventud, el cutis perfecto, el cuerpo escultural, todo lo que sea saludable, ayuda espiritual y así sucesivamente. Dentro de esa amalgama de ideas aparece la renovación. ¿Qué es la renovación? Según mis estudios en experiencias humanas y estilo de vida, es cuando se trata de mejorar un aspecto o elemento. Así, se re-hace el objetivo para hacerlo mejor, cambiarlo, revolucionarlo, en fin, renovarlo. Haz cuenta que tienes un sofá muy viejo hacia el cual sientes mucho cariño y te niegas rotundamente a deshacerte de él. Por consiguiente, lo mandas a arreglar con un tapicero. Luego de eso queda como nuevo porque fue renovado y tú contento porque tienes a tu amado sofá. El proceso de renovación puede ser muy bueno, ¿no les parece?

Es probable que todos y todas hayan visto o escuchado algún anuncio sobre renovación, que si renovación espiritual, matrimonial, emocional, familiar, etc. Si hoy día se habla de renovación en muchas áreas el arte no es la excepción. Aproximadamente para 1915 Lazar Makovich Lissitzky, artista, profesor y diseñador gráfico ruso, fue colaborador de Malevich en el suprematismo (artículo previo). Trabajando con Kasimir Malevich se orientó por desarrollar la renovación del suprematismo. ¿Cómo lo logra?

En 1919 creó el PROUN o Pro Unovis, unovis como referente a la agrupación dirigida por Malevich orientada a la afirmación de lo nuevo. El Pro Unovis fue la consigna para la renovación del arte por medio de composiciones abstractas cargadas de dibujos geométricos con múltiples dimensiones y sin perspectiva. Se trató de un arte que rompió con los espacios cerrados implementando un juego con la naturaleza abierta. Se dirigió a explorar otras superficies y no se limitó a la del lienzo. A la vez creó un nuevo espacio o cosmos para el ser humano rompiendo con el ritmo y la simetría, dejando un espacio alternativo diferente.

Su finalidad fue transformar el espacio en que se vive a través de la abolición de las formas de creación artística. El objetivo era proveer una libertad al momento de hacer arte y que cada artista tuviese la libertad de hacerlo a su manera e incluso, integrando todos los medios del arte en una obra. El proun fue el vehículo por medio del cual el artista pasa de la contemplación a la realidad puesto que cada obra bajo este estilo representó un eslabón en la cadena hacia la perfección, cada una de ellas se acercaba al objetivo. Con este estilo Lissitzky inserta un proceso de creación plural en el que trabajan muchos artistas versus el modelo de creación individual. Así el autor desaparece porque son muchos los que intervinieron en el proceso de creación dando el nacimiento de un nuevo estilo con autores anónimos.

El proun fue un estilo que pretendió renovar el arte al punto que rebasó las fronteras del lienzo, convirtiendo en arte desde piezas hasta paredes.