Hoy día existen una gran cantidad y variedad de
templos en el mundo. Muchos de ellos son contemporáneos o recientes. Sin embargo
hay otros que su origen se remonta a tiempos antes de Cristo. Estos albergan
unas historias interesantes que maravillan la mente humana no solo por su existencia
sino por sus innovaciones. Claro está los templos antiguos no se conservan de
forma total o completa por el paso del tiempo y los materiales que se
emplearon. Más se sabe de ellos a través de restos, huellas, textos, obras de
arte entre otras que ayudan a entender cómo fueron en algún tiempo, usos,
funciones, prácticas y demás. No hay que descartar que debido a ello haya que
tener en consideración que esta información no es inmutable porque cada cierto
tiempo se siguen encontrando hallazgos que apoyan o desmienten teorías al
respecto.
Dentro de este universo de templos antiguos
hablaremos de uno en Mesopotamia perteneciente al periodo dinástico del 2,700-2,400
a.C. El mismo es el Templo Oval en Kafadye, descubierto en 1929 por la escuela
de Chicago. Es el portador de un nuevo aspecto de la arquitectura de
Mesopotamia puesto que se cambia de una planta rectangular a una oval. Se hizo
en varias etapas a base de ladrillo, madera y posiblemente otro material. Se construye
sobre un terreno que previamente tenía casas, las cuales fueron derrumbadas. Lo
cierto es que este terreno estaba contaminado, por lo cual removieron hasta 18
pies de profundidad hasta encontrar suelo virgen. Luego rellenaron con arena y procedieron a
erigirlo. Esta decisión responde a la
concepción de la época de construir el templo sobre un terreno puro porque
representaba un espacio sagrado.
En su primera fase de construcción como templo o ziggurat (Este último refiere a
una torre escalonada que en la parte superior tiene el templo. Representa una
montaña y se halla levantado sobre una plataforma que responde a la elevación y
unión con las divinidades) contaba con
dependencias de administración pública de los bienes cosechados, escalera, mesa
de ofrenda y pozo en el centro. La segunda fase es notable por la segunda
muralla para ampliarlo y se aprecia un patio abierto y el uso de contrafuertes.
Su última fase refiere a la construcción del portal traducido en dos torres
elevadas que de ahí en adelante serán constantes en los edificios. Se argumenta
que Ensi o El fuese el rey-sacerdote que habitara en esta estructura. Por último,
no se han encontrado restos de pintura en el templo.
He aquí otra gran maravilla del mundo del arte que
no deja de sorprender. Amig@s, Arte Espacio los espera la semana próxima con
más historias por compartir que no se pueden perder. Recuerden visitar al blog
en las redes sociales y compartir la información. Hasta la próxima. Chao.